El docente por competencia perfil idóneo para las exigencias de la sociedad actual
Los cambios ocurridos en la actualidad, coloca a todas las
instituciones educativas en un período de debate y reflexión, impulsando a
reformarse y adaptarse a las nuevas demandas y exigencias de la sociedad, así
como de sensibilizarse en el compromiso que el docente debe asumir en nuestra
sociedad, tomando en cuenta los cambios y transformaciones permanentes.
Es importante destacar que la sociedad actual está sometida a
cambios acelerados que plantean continuamente nuevas problemáticas, exigiendo
de esta manera aun más. Por ello resulta imprescindible que el docente este continuamente informado y cada día en su práctica educativa
se moldee y asuma paradigmas y compromisos que exigen el que hacer de la
docencia.
Por ello es imprescindible que el docente se forme y se
transforme y pase de un perfil tradicional a un perfil por competencias El educador concebido desde esta óptica debe despertar el interés
por aprender, cómo aprender y mantener al día los conocimientos, bajo las
competencias se definiría al docente como aquel que posee la autonomía, de asumir responsabilidades, de
trabajo en grupo y capacidad de aprender a aprender.
La sociedad a lo largo de la historia ha tenido una imagen
diferente de educador y su labor pedagógica y esta se enmarca en cada periodo histórico
y a medida del tiempo mayor es las exigencias, por lo que
Bar (1999) plantea que la sociedad del futuro exigirá al docente
enfrentarse con situaciones difíciles y complejas: concentración de poblaciones
de alto riesgo, diversificación cultural del público escolar, grupos extremadamente
heterogéneos, multiplicación de diferentes lugares de conocimiento y de saber,
acceso a puestos en forma provisoria, rápida y permanente evolución cultural y
social, especialmente en los jóvenes en quienes existe la sensación que no hay
futuro y una suerte de pérdida del sentido del saber o el aprender.
Por lo tanto es necesario desarrollar una ciudadanía que se adapte al mundo contemporáneo, es necesario que un
profesor sea a la vez: persona creíble, mediador intercultural, animador de una
comunidad educativa, garante de la Ley, organizador de una vida democrática,
conductor cultural, intelectual.
En relación con las nuevas competencias profesionales del
docente, Braslavsky (1998), afirma que los profesores que trabajen actualmente
y que deseen persistir en roles vinculados a la mediación con los conocimientos
en proceso de proliferación deberán tener competencias vinculadas con "la resolución de los problemas o desafíos más
coyunturales, a las que denomina "pedagógico " didáctico" y
"político "institucional", vinculadas con desafíos más
estructurales, denominadas "productiva e interactiva" y vinculadas
con procesos de especialización y orientación de su práctica profesional,
denominada "especificadora". (p 27)
A su vez el docente deben
saber: Planificar y conducir movilizando otros actores, adquirir o construir
contenidos y conocimientos a través del estudio o la experiencia. Identificar
los obstáculos o problemas que se presentan en la ejecución de proyectos u
otras actividades del aula. Seleccionar diferentes estrategias para el
desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje, Hacer, disponibilidad para
modificar una parte de lo real, según una intención y por actos mentales
apropiados
Para que los docentes alcancen el perfil por competencia es
necesario implementar dispositivos de formación y entrenamiento que los
comprometa a aumentar sus capacidades de observación, de agudizar prácticas
reflexivas, de fortalecer el sentido de su propia capacitación, de desarrollar
inteligencias múltiples, de atender a los valores.
En este sentido para ser un docente con competencia no solo
basta con saber hacer sino que se requiere saber ser y actuar holísticamente como
sujeto que hace parte y se integra a la realidad que se requiere comprender. Por
ello a continuación se mencionan las competencias propuesta con las que debe
contar el docente entre ella se puede mencionar las competencias intelectuales
referidas a lo cognitivo, lógico, científico, técnico y pedagógico didáctico la
cual permiten crear y recrear estrategias para el desarrollo del proceso
enseñanza aprendizaje, tiendo dominio del contenido, del grupo de saber cómo
hacer llegar el conocimiento a través de
la didáctica. Luego se señalarías las competencias sociales estas son las
competencias interactivas que involucran los procesos sociales, afectivos,
éticos, estéticos y comunicativos, la tolerancia, la convivencia, la
cooperación y la capacidad de asociarse, negociar emprender y concretar
proyectos, la actitud y la ética del docente. Otra competencia seria la competencia
intrapersona esta se constituiría por conocerse así mismo y de estar consiente
de sus emociones, sentimientos y control sobre sus procesos cognitivo y por
último seria la competencia productiva, esta se refiere a que el docente debe estar abierto o inmerso a los
cambios para orientar y estimular el aprendizaje, contribuiría a la capacidad
de aplicar los conocimientos fundamentales de los sujetos y la institución y de
esta manera actuara en consecuencia a la realidad pedagógica.
Es importante señalar que el proceso de cambio de perfil del
docente tradicional al perfil basado en competencia, conduciría a lograr
transformaciones que favorezcan su vinculación con la sociedad con responsabilidad
y eficacia, y de esta manera se contribuiría a promover estudiantes investigadores
que se sitúen en la escuela, currículo y pedagogía en sus contextos socio histórico
y sean capaces de resolver los conflictos en su entorno.
En este sentido es necesario señalar que existe consenso entre los expertos respecto al perfil
profesional que deben tener los docentes en la sociedad de las próximas
décadas:
- Actitud democrática, convicción de libertad, responsabilidad, respeto por todas las personas y grupos humanos.
- Principios éticos sólidos expresados en una auténtica vivencia de valores.
- Sólida formación pedagógica y académica.
- Autonomía personal y profesional.
- Amplia formación cultural con una real comprensión de su tiempo y de su medio que le permita enfrentar con acierto y seguridad los diversos desafíos culturales.
- Capacidad de innovación y creatividad.
Se pretende que
docentes y alumnos en situación mutua de aprendizaje orienten sus capacidades
cognitivas y sociales al ejercicio de dar sentido a la sociedad. Los contenidos
curriculares dejarán de ser fines en sí mismos para transformarse en los medios
necesarios para alcanzar esas capacidades que entrenan en el análisis, la
inferencia, la prospección, la solución de problemas, el aprendizaje continuo,
la adaptación a los cambios, la proposición de valores favorables a la
intervención solidaria en la realidad.
Para que los
docentes alcancen las competencias y perfil enunciado es necesario implementar
dispositivos de formación y entrenamiento que los comprometa a aumentar sus
capacidades de observación, de agudizar prácticas reflexivas, de fortalecer el
sentido de su propia capacitación, de desarrollar inteligencias múltiples, de
atender a los valores.
La forma en que
conocemos y cuánto y cómo aprendemos sin lugar a dudas está cambiando. Pasamos
a otro paradigma sorteando una serie de problemas. Será necesario entonces,
diseñar planes abarcativos para la formación de competencias a través de:
programas de capacitación y perfeccionamiento adecuados a los requerimientos
del sistema educativo, de las instituciones y personales; programas de
descentralización con mayor responsabilidad de los profesores ante las
comunidades que atienden, el establecimiento de incentivos tanto profesionales
como salariales para motivar un buen desempeño laboral, vinculando las
gratificaciones, los ascensos y el reconocimiento público al desempeño.
Para
reconstruir la profesión docente que la sociedad del siglo XXI necesita,
tenemos que aceptar el desafío de ampliar el horizonte cultural e intervenir
activa y comprometidamente como ciudadanos en el mundo que nos toca vivir.
En
fin habrá que educar, como afirma
Daniel Filmus (1996, para la consolidación de la identidad nacional, para la
democracia, para la productividad y el crecimiento, la integración y la equidad
social. Alcanzar el perfil y las competencias profesionales que se desencadenan
a partir de cada uno de estos ejes, en un contexto institucional educativo
específico para liderar los procesos, constituirá el principal reto en las
próximas décadas.
El sujeto docente y su compromiso sociopolítico
Ahora bien de pues
de aunar sobre el docente por competencias, esto nos permitiría establecer cuál
sería su verdadero compromiso, que tan importante es él para la sociedad, pues,
al decir que este profesional no solo
debe saber hacer si no también saber ser, con una gran responsabilidad de
asumir compromisos que impacten a la comunidad, se relacione con este entorne y
busque resolver problemas y educar a sus estudiantes para que estén preparados en
que asuman las responsabilidades y de esta manera solventa cualquier situación
que se les presente, ya que estos serian sujetos que han adquirido habilidades
y destrezas que les permiten emplear la creatividad, innovación, por los que
ayudaría a sentirse relacionados y se considerarían como elementos fundamentales
para que surjan cambios que sean de vital importancia para que se genere un
mejor calidad de vida dentro de la misma población.
Es imprescindible
señalar que el docente no solo debe tener un compromiso social también, debe
tomar una postura política, es decir no ser político pero si generar política dentro
del proceso educativo ya que, por medio
de esta buscar cambios o transformaciones educativo revisando continuamente su práctica
pedagógica, eso sí sin miedo alguno, ya que es preferibles hacer algo que
quedarse en casa a no hacer nada. Todo acto educativo, es un acto político, por
lo que el sujeto docente se obliga dentro de su ética se humanista y democrático
y justo si realmente se quiere que el ser humano viva en un más humanista.
Por
lo tanto es importante decir que todo acto educativo tiene
naturaleza política (como todo acto político posee naturaleza educativa), está
cargado de ideología, de valores. Por debajo de cualquier práctica educativa se
halla un proyecto social del que podemos ser más o menos conscientes. Es
nuestra obligación, es nuestra responsabilidad, preguntarnos cuál se esconde
detrás de nuestras acciones educativas cotidianas: para qué educamos, a favor
de qué, en contra de quién, en defensa de qué intereses, en oposición a qué ideologías.
Y si nuestra respuesta es: “educamos para el logro de una sociedad
auténticamente democrática, para la instauración de una verdadera justicia
social”, quizás nos interese echar un vistazo a la propuesta que nos hace este
insigne pedagogo brasileño, este alma mater de toda la pedagogía crítica, que
es Paulo Freire, quien nos recuerda el compromiso político y social que tenemos
como hombres y mujeres mucho más en nuestra faceta de educadores por la
consecución de un mundo mejor.
Es necesario el cambio y so solo
querer si hacer, el docente en su trabajo educativo debe buscar una educación liberadora
humanista, el docente, en imprescindible el dialogo del docente con el
estudiante y o solo de contenidos sino también de cómo genera cambios, y contribuir
a formar ciudadanos con pensamiento crítico y responsables.
Dentro del perfil docente este debe
ser democrático donde desarrolle las capacidades de Humildad, amorosidad,
valentía, tolerancia, decisión, seguridad, tensión entre paciencia e
impaciencia y alegría de vivir. No pocas, no fáciles de conseguir, no cómodas
en muchos casos, pero, ¿quién dijo que la empresa democrática fuera una tarea
sencilla?. Freire entiende estas cualidades como predicados que se van
generando en cohesión con la opción política de naturaleza crítica del educador
Dentro de la educación no solo se
debe preocupar por el docente como elemento democrático si no también a todos
los miembros de la comunidad educativa, obreros, administrativos, cocineros,
porteros, vigilantes representantes, generar con todos estos elementos una
verdadera educación democrática y liberadora ya que nos permitiría abrir
debates para mejorar curriculum y de esta manera descubrir cuál es la verdadera
necesidad que tenemos como queremos que sea la formación de los estudiantes y
que queremos lograr como individuos plenos que generen cambios dentro de la
sociedad.
Reflexión
Cambiar
es difícil pero es posible, tal es uno de los mensajes fundamentales del
pensamiento de Paulo Freire, proposición constantemente repetida en su última
obra, Pedagogía de la Indignación. A partir de este saber fundamental, hemos de
programar nuestraacción político-pedagógica, no importa si el proyecto con el
cual nos comprometemos es de alfabetización de adultos o de niños, si es de
acción sanitaria, si es de evangelización, si es de formación de mano de obra
técnica. Y no basta con querer sino que hay que actuar por lo cual hemos de
pensar en las estrategias que mejor nos ayuden a cumplir nuestros objetivos.
Quizás no podamos de la noche a la mañana transformar la sociedad en nuestra
utopía, quizás no podamos expulsar de un golpe toda la corrupción y las miserias
que invaden nuestro planeta, pero ello nunca puede ser óbice para paralizarnos,
para pararnos, para derrotarnos. Empecemos por lo cercano, por el ámbito local,
por el más próximo, y ya estaremos sembrando una semilla que más tarde dará sus
frutos. De hecho, él piensa que la formación de nuestros educandos es uno de
los caminos de los que disponemos para ejercer nuestra intervención en la
realidad a corto y largo plazo. Preocupémonos de que sean críticos, de que
tengan ganas de luchar por un mundo mejor, de que no incurran en el engaño del
fatalismo, del fin de la historia, de la aceptación de una realidad inmóvil, de
un futuro predeterminado. Es necesario abrir caminos dentro de lo posible, sin
caer en idealismos abstractos y sin rechazar espacios de lucha, por muy
pequeños que nos parezcan. En todo momento sólo podemos hacer lo históricamente
viable.
Autor: Ana Rodriguez
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